¿Qué es Mindfulness? Y ¿Qué tiene que ver con la alimentación consciente?

Antes de responder estas preguntas, quiero hacerte las siguientes:

¿Qué estás haciendo ahora y en qué estás pensando?

¿Cuándo fue la última vez que lavaste los platos, paseaste al perro, hiciste tu cama o cualquier otra actividad diaria, consciente de lo que estabas haciendo?

Probablemente, con estas preguntas tienes más o menos una idea de lo que me refiero…

Mindfulness es una práctica que nos motiva a estar CONSCIENTES, significa “prestar atención de una manera determinada; a propósito, al momento presente y sin juicios” (Jon-Kabat Zinn).

Así de simple y complejo a la vez: ESTAR EN EL PRESENTE.

Pero no solo es poner atención a lo que está pasando (interna y externamente) sino que es cultivarla desde una mirada sin juicios y sin reactividad. ¿A qué se refiere esto? A que seamos capaces de poder observar la experiencia del momento presente, con sus comodidades e incomodidades pero sin emitir juicio/crítica/rencor alguno.

Sí, puede sonar desafiante, pero lo bueno es que es una herramienta que se puede practicar y cultivar. No es algo con lo que uno “nace o no nace”.

Ahora, toda este concepto de Mindfulness (atención plena sin juicio) la llevamos a la alimentación, desde aquí nace la alimentación consciente, o su término en inglés, Mindful Eating. La cual, busca cultivar una atención plena a toda la experiencia del comer para poder tomar decisiones que nos hagan sentido y satisfagan nuestras necesidades nutricionales, emocionales y sociales.

La alimentación consciente involucra darnos cuenta de nuestros pensamientos en torno a la comida, la relación que tengamos con esta, nuestras sensaciones físicas de hambre y saciedad, nuestras emociones al comer, las reacciones que tiene nuestro cuerpo (agradable/desagradable) y muchas otras cosas más…

En otras palabras, la alimentación consciente trabaja para que de manera amable podamos hacernos EXPERTOS en lo que tenga que ver con mi experiencia alrededor de la comida.

Y no, no se trata de una dieta más. Al contrario, nos empoderamos de nuestra alimentación, empezamos a ocupar el puesto que siempre nos correspondió. Y ojo, no es solo “come lo que sientas y ya”, es un proceso con evidencia científica del cual se necesita acompañamiento profesional, paciencia y perseverancia.

Algunos de los beneficios que ha mostrado esta práctica es aumentar la satisfacción al comer, disminuir los episodios de atracones y comer emocional*, tomar decisiones hacia una alimentación más nutritiva y se ha asociado con disminuir la insatisfacción corporal y la preocupación acerca la imagen corporal.

*OJo: SE REFIERE AL COMER EMOCIONAL CATEGORIZADO COMO PROBLEMÁTICO, NO SE REFIERE A TODAS LAS CONDUCTAS QUE RELACIONAN EMOCIONES-COMIDAS

Por eso y más, es que mi forma de trabajar contempla cultivar la alimentación consciente para la toma de decisiones alimentarias de una manera amable, sin culpas y sin juicios. Te invito a conocer y cultivar esta práctica de manera más profunda en mi próximo programa online de 6 semanas, no dejes de suscribirte a mi newsletter para ser el/la primera@ en enterarte

¿Qué te parece? ¿Habías escuchado este término antes?

Te leo <3

Nta. Valeria Rueda

Bibliografía:

  1. Nelson J. B. (2017). Mindful Eating: The Art of Presence While You Eat. Diabetes spectrum : a publication of the American Diabetes Association, 30(3), 171–174. https://doi.org/10.2337/ds17-0015
  2. Arch JJ, Brown KW, Goodman RJ, Della Porta MD, Kiken LG, Tillman S. Enjoying food without caloric cost: The impact of brief mindfulness on laboratory eating outcomes. Behav Res Ther. 2016 Apr;79:23-34. doi: 10.1016/j.brat.2016.02.002. Epub 2016 Feb 22. PMID: 26945478.
  3. Brewer JA, Ruf A, Beccia AL, Essien GI, Finn LM, van Lutterveld R, Mason AE. Can Mindfulness Address Maladaptive Eating Behaviors? Why Traditional Diet Plans Fail and How New Mechanistic Insights May Lead to Novel Interventions. Front Psychol. 2018 Sep 10;9:1418. doi: 10.3389/fpsyg.2018.01418. PMID: 30250438; PMCID: PMC6139346.

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